Pudo ser un partido cómodo, pero no lo fue. Ninguno lo es, de hecho, en las últimas temporadas del Cartagena. Sigue costando una barbaridad sacar los partidos adelante, a pesar de que se pongan bien en los primeros instantes, como ha sido el caso del partido de hoy. Sigue pesando la ansiedad de ganar, que paga el equipo echándose demasiado atrás demasiadas veces. Y se ha pagado la expulsión de Ceballos. Vamos, lo que parecía un día normal en la oficina se ha terminado convirtiendo en una carrera de obstáculos.
Todo estaba muy bien encauzado hasta que el valenciano Miralles Selma quiso convertirse en el protagonista. Sacó la segunda amarilla a Ceballos en una acción en la que solo hubo un choque de cabezas entre el catalán y el visitante Añón. Era el minuto 66 y el Marbella, que demostró ser un muy buen equipo de la categoría, se hizo con el control absoluto del juego. Moisés y Ayoze emergieron para salvar a los de casa en varias jugadas peligrosísimas. Y Álex Herrera, tras una buena incursión de Gabi Ramos, hizo el 2-1. Quedaba un cuarto de hora que se hizo eterno. Pero todo el sufrimiento mereció la pena.
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